ESTE PARTIDO LO VAMOS A JUGAR

Este es el momento en que podemos ganar o perder, pero esta vez no será sin jugar el partido.
Ahora que toda Europa se sumerge en un ciclo deportivo de primera magnitud, la Eurocopa, parece que ni pintado el símil futbolístico para plantear una contienda de no menor importancia.
Allá por los años 70 del siglo pasado, el neoliberalismo económico se dio así mismo otra vuelta de tuerca, al consagrarse como única opción válida para regir y conducir la vida de las personas y el decurso de las sociedades. Comenzó así un juego de fuerzas que se ha desarrollado sin que los ciudadanos nos hayamos dado cuenta de sus efectos demoledores hacia lo común, lo público, lo de todos. Ha tenido lugar un partido en el que nuestra contribución ha consistido en regalar balones una y otra vez al equipo contrario. Ahora estamos a punto de cambiar por un puñado de cuentas de cristal el Estado social, a los todopoderosos mercados financieros, grandes empresas y depredadores económicos en general.
El panorama en el que nos encontramos ha sido posible, no por la torpeza, el error o la incompetencia de nuestros dirigentes, sino por la complicidad y convergencia de sus intereses económicos y políticos, por no decir mafiosos, en una dirección común: la acumulación de riqueza y de poder.
Y para aportar algo más que valoraciones que podrían considerarse subjetivas, veamos la secuencia de la goleada que hemos encajado.
1-0: Nos dijeron que la historia de la humanidad avanza en un continuo progreso, representado por un crecimiento siempre ascendente y constante, que separa al ser humano del resto de las especies del planeta y le lleva a un dominio absoluto de la naturaleza.
2-0: Nos mostraron que la competitividad es consustancial al progreso, porque estimula a cada uno y a la sociedad a mejorar, a superarse; la competencia se ha instalado en todas las facetas de nuestra vida, es el mecanismo que mueve el mundo
3-0: Nos presentaron al capitalismo como el modelo que hacía posible el progreso con el engranaje de la competitividad, y para comprobar sus bondades solo había que mirar a las sociedades comunistas, ancladas en un inmovilismo mortal. Nos advirtieron de que el intervencionismo estatal era perjudicial para este plan: el mercado es libre, cuenta con sus propias leyes y se atrofia si tiene que atenerse a los imperativos estatales.
4-0: Nos inocularon en vena el virus de que el éxito depende de cada cual, que es una cuestión individual; en un escenario así descrito, cualquiera que se lo proponga puede llegar a lo más alto; ¿lo recuerdan? es la filosofía del self made man: el hombre hecho a sí mismo.
5-0: Colonizaron nuestra mente, haciéndonos creer que el éxito individual, logrado competitivamente en un modelo capitalista que persigue el progreso, consistía en la acumulación material: tener cuanto más mejor, porque ya saben… tanto tienes tanto vales. El dinero deja de ser un instrumento de intercambio material para convertirse en el fin último de todo intercambio. Un rico okupa se ha instalado en nuestro cerebro.
6-0: Pero el éxito y la riqueza lo son en relación al fracaso y la pobreza; el sistema no permite que todos seamos ricos y triunfadores. Por ello nos crearon la ilusión del éxito, la socialización de la riqueza: el consumo. Este ha sido el tema protagonista de una nueva religión, la publicidad, a la que todos adoramos aunque sus relatos sean increíbles.
7-0: Minaron nuestra moral al ponernos como modelo al que nos estafa y como adversario al igual. La degeneración social, la corrupción de la persona, la atrofia de la voluntad, la perversión de los sentimientos y la desviación de los instintos son consecuencia de una ética del poder, exclusivamente materialista, a la que se subordina todo otro valor moral.
8-0: Nos han ido pasando por las bandas y por el centro del campo, y mientras creíamos afianzar los derechos de primera, segunda y tercera generación, sus privilegios engordaban sin freno alguno; nos centramos en elevar el salario mínimo sin percatarnos de que había que establecer un máximo a sus ingresos.
9-0: Para asegurar nuestra domesticación, nos han entretenido con la versión actualizada del “pan y circo”, la distracción de las masas que creen dirigir sus vidas porque son libres de elegir su equipo de fútbol. No hay ningún problema en que se tomen las calles para celebrar la victoria de nuestros héroes de calzones cortos; será bienvenido el subidón de moral que traerá la versión nacional en estos tiempos de campeonato, siempre y cuando no se cuestione ni una coma del ideario establecido.
10-0: En fin, nos han hecho creer que vivíamos en un planeta con recursos ilimitados, con derecho a dominarlo y explotarlo como la especie elegida, situada en la cúspide de la pirámide evolutiva, como reyes de la creación. Y hemos cumplido fielmente nuestro destino, ya no quedan islas que descubrir y esquilmar.

Estamos en el tiempo de descuento, pero el equipo contrario tiene la maquinaria más engrasada que al principio del partido: el progreso se ha convertido en dilapidación, la competencia en oligopolio, el capitalismo en canibalismo, el éxito en emboscada, el consumidor en consumido, la publicidad en propaganda, la moral en pusilanimidad y los derechos en deshechos. Ahora tenemos MIEDO porque se ha desinflado la burbuja y les hemos entregado el poder total; todo se desvanece como un buen sueño que se torna en pesadilla.
Hemos perdido el partido sin jugarlo, pero lo que la mayoría no sabe porque no interesa que se sepa, es que hay alternativas y que si nos ponemos a entrenar, el partido de vuelta podremos ganarlo o perderlo, pero esta vez no será sin jugar; para ello es necesario el cambio de mentalidad y la toma de conciencia ganadora para remontar el marcador:
0-1: La habitabilidad, frente al progreso, promueve el desarrollo humano desde una perspectiva integradora: somos huéspedes del planeta pero nos comportamos como plaga. El decrecimiento sostenible debe reemplazar al crecimiento, los recursos son limitados y la tecnología productivista solo puede aventurar un futuro deshumanizado.
0-2: La colaboración frente a la competencia. La existencia humana está basada en la colaboración, la propia sociedad es un ejemplo del éxito colaborador de nuestra especie, es una cuestión de supervivencia: lo que es bueno para todos es bueno para mí porque formo parte de ese todo. Vivir es, ante todo, con-vivir.
0-3: El cooperativismo frente al capitalismo: las perversas relaciones laborales del modelo capitalista nos hace desgraciados en el trabajo, nos mercantiliza, pero esto no tiene por qué ser necesariamente así, podemos organizarnos de otros modos, como la autogestión a través de ámbitos de autonomía propia, o las comunidades de intercambio, o los bancos de tiempo, o la economía del bien común de Christian Felber.
0-4: El ciudadano frente al individuo: el self made man es una ficción, no existe el éxito individual, este requiere no pocas coberturas sociales; el hombre hecho a sí mismo, en la mayor parte de los casos, se ha quedado con buena parte de lo que nos correspondía a todos, se lo ha escatimado a la sociedad de la que se ha servido para enriquecerse.
0-5: Seguros como estábamos de que el problema del mundo era la pobreza, ahora proclamamos que el problema es la riqueza de unos pocos a costa de muchos. Ser frente a tener, crecer como personas frente a la acumulación material, desarrollar nuestras potencialidades para realizar nuestro proyecto de vida y devolver al dinero su función de mero instrumento de cambio.
0-6: Practicar un consumo responsable nos libera de la esclavitud de las necesidades ficticias, creadas por la maquinaria capitalista que no puede parar. La mayor parte de las satisfacciones humanas son gratis, la amistad, los afectos, la naturaleza, el amor, el conocimiento, la creatividad; el consumo nos consume y nos convierte en eternos insatisfechos; hay que utilizar las cosas y amar a las personas y no al revés.
0-7: Situar la ética de la justicia y de los derechos humanos en la base de toda otra actuación, tanto social como individual, solo así recuperaremos la dignidad que tanto nos costó conquistar y que tan rápidamente hemos traicionado; practicar con autenticidad la igualdad y la libertad y no los sucedáneos con los que embaucan nuestra voluntad.
0-8: Hemos de recuperar las instituciones públicas y reformarlas democráticamente para que estén al servicio de la comunidad; rescatar a la política de las zarpas de la economía neoliberal, sacar la zorra del corral: los mercados no pueden ni deben marcar el paso a nuestros representantes si de verdad quieren serlo.
0-9: Debemos convencernos de que es posible otra forma de hacer las cosas, de que nuestro modo de vida no está determinado por leyes ineludibles, de que la economía, la política y los mercados son productos humanos y como tales tenemos la obligación de responsabilizarnos de ellos. Debemos estar a la altura de nuestro tiempo e impedir una involución histórica tomando las riendas de nuestra vida.
0-10: La ecología y la economía tienen la misma raíz (eco oikos), que significa casa en griego. El conocimiento (logos) debe ser previo y constitutivo de las normas (nomos) de la casa. La ecología debe guiar a la economía, de otra forma nuestra casa será una ruina, que es lo que estamos haciendo. A su vez la vinculación entre el conocimiento y el entramado normativo, deberán tener en cuenta la justicia como valor vertebrador, de modo tal que lo legal sea también moral.

Ahora es el momento de jugar este partido, el de nuestro presente o el de nuestro futuro, el del mundo que queremos o el que nos imponen; nada nos asegura que vayamos a ganarlo pero esta vez debemos jugarlo. Sacudámonos unos el miedo, otros la indiferencia, todos la ignorancia, cada uno lo suyo, no más excusas, saltemos al campo de juego.

Marina Rodríguez Martínez
Co-portavoz MESA COORDINADORA EQUO-VERDES DE LA RIOJA