Como ciudadano de este país llamado España, y al amparo de la Constitución del 78, quiero pedir la dimisión del señor presidente del Gobierno, Mariano Rajoy Brey, por el incumplimiento reiterado y sistemático de varios artículos de la misma. Si el presidente del Gobierno no cumple con la Constitución, difícilmente puede pedirnos a los ciudadanos de a pie que la acatemos.
El preámbulo de la Carta Magna proclama su voluntad de «garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo». Estamos viendo cómo las medidas que está tomando el señor Rajoy están lejos de garantizar la convivencia democrática, provocan cada día más crispación, más indignación social, más rechazo, precisamente por no respetar ese orden económico y social justo.
El artículo 35 proclama que «todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia». ¿Dónde está mi derecho al trabajo y el de casi seis millones de españoles? ¿Y la remuneración suficiente de otros muchos millones más? En estos momentos, la mayoría de los salarios en España no es suficiente para vivir, uno de cada cuatro hogares está en riesgo de pobreza y muchos de ellos, en la pobreza más absoluta.
El artículo 41 dice: «Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo». Entre las medidas tomadas o previstas por el Gobierno: el copago farmacéutico o la supresión de la asistencia sanitaria a los inmigrantes ‘sin papeles’.
En el artículo 47, nuestra Constitución habla del derecho a la vivienda: «Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación».
¿Dónde están las viviendas de los 400.000 desalojados por los bancos desde el 2008? ¿Dónde las de los, seguramente, más de 30.000 ‘sintecho’ que tenemos en España? ¿Dónde, señor Rajoy? La responsabilidad de no haber impedido la especulación no solamente es suya, habría que extenderla también a los gobiernos anteriores, desde la Ley de liberalización del suelo promulgada por el Gobierno del señor Aznar, del cual usted también formaba parte. Todos ustedes no solamente no han impedido esa especulación sino que la han favorecido.
El artículo 50 se refiere a nuestros mayores: «Los poderes públicos garantizarán mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica durante la tercera edad. Asimismo, y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio».
Las pensiones de nuestros mayores ven recortado cada día su poder adquisitivo y vemos cómo se está desmantelando el sistema de servicios sociales, los recortes a la ley de dependencia o el copago de los medicamentos, que hará que muchos de nuestros mayores piensen si se gastan el dinero en medicamentos o en comida. ¿Tiene el señor Rajoy consciencia de todo ello?
El artículo 92, en su punto 1, dice: «Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos». Acaso no tienen especial trascendencia para este Gobierno todos los recortes, subidas de impuestos, el desmantelamiento del Estado de bienestar, la pérdida de soberanía del estado español para dársela de los especuladores. ¿O ustedes también forman parte de esos especuladores? ¿Para cuándo un referéndum?
Para concluir, aunque hay más, el artículo 128, también en su punto 1, señala: «Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general».
Al amparo de esta Constitución, usted puede tomar otras muchas medidas para salir de la crisis. El problema es que esta crisis también es política y ustedes quieren estar al lado de los poderosos, de los especuladores, con los que han estado siempre.
Cumpla, señor Rajoy, la Constitución; solamente le pido eso. Cúmplala en todos sus puntos, no solamente en el de contener el déficit, y si no es capaz de hacerlo, dimita. Como decía reiteradamente su mentor y usted mismo en el 2010 ¡Váyase, señor Rajoy! Está usted haciendo un flaco favor a España.
José Manuel Zúñiga Suescun
Secretario Mesa Coordinadora EQUO-Verdes de La Rioja