EQUOLOQUIO ASAMBLEAS CIUDADANAS ELECTORALES
Día 5 de octubre de 2013-10-12
Café Moderno
Da comienzo este EQUOLOQUIO con la asistencia total de once personas que se van incorporando a la charla.
Introducción: los convocantes presentan este EQUOLOQUIO, con una breve exposición de la ley electoral actual, que exige un 5% de votos para obtener representación parlamentaria (tanto municipal como autonómica), lo que dificulta enormemente las opciones de de pluralidad en los ayuntamientos, y parlamentos. Falta de voluntad política para rebajar al 3% esta condición. Ultimas noticias para aceptar esta rebaja en la Comunidad de La Rioja por parte de su presidente son percibidas como una cortina de humo ya que la decisión tiene como condición que se dé también a nivel estatal, lo que no parece probable por falta de voluntad política de los partidos mayoritarios, a los que favorece la actual ley electoral.
Ronda de presentación y motivaciones en este EQUOLOQUIO por parte de los asistentes, de las que resumimos:
– un sentimiento bastante generalizado de falta de confianza en la política y sobre todo en los partidos políticos, con expresiones como “orfandad”, necesidad de una mayor ética en la política”, el desgaste de la polaridad “derechas-izquierdas”, las malas prácticas por los partidos en general
– la valoración los movimientos sociales del tipo 15M y demás manifestaciones que están dando lugar a proyectos y propuestas que deriven en una mayor participación ciudadana y, en concreto, su articulación en las denominadas asambleas ciudadanas, tema de este EQUOLOQUIO.
– Se observa una inquietud y demanda general por una mayor participación en asuntos públicos y de las herramientas, existentes ya, que facilitarían esta participación, como el streaming o las votaciones vía internet, ambas puestas ya en práctica por Equo como modelo de otra forma de hacer la política. La palabra que guía esta inquietud es la de empoderamiento.
Después de esta ronda de presentaciones, los convocantes hacemos una breve explicación de lo que son las asambleas ciudadanas, su filosofía y las experiencias, como la de Sevilla, que ya se están dando. También se exponen los hipotéticos escenarios que se darían en las próximas elecciones autonómicas y municipales en La Rioja, en el mejor de los cuales la situación política no cambiaría mucho.
La tesis de este planteamiento es si a través de la organización ciudadana en una asamblea se puede efectivamente llegar a las instituciones y cambiar el modo de hacer política, aglutinando diferentes sensibilidades políticas bajo un denominador común, de tal forma que no se dividan más las opciones electorales que fragmentarían el voto y dejarían de nuevo sin representación a muchas personas.
A continuación vamos a recoger las ideas principales sobre las que gira el debate:
– Se dan unas pinceladas sobre la forma de organización de las Asambleas Ciudadanas Electorales: para llevar a cabo esta iniciativa con éxito, hace falta una verdadera implicación de la mayoría de movimientos, colectivos , organizaciones y mareas sociales de la ciudad. Elección de los candidatos por elecciones primarias y firma de un decálogo de obligado cumplimiento; rotación de cargos con un máximo temporal de dos legislaturas y siempre el cargo a disposición de la Asamblea; a ser posible, la mayor parte de las personas de la asamblea pasarían por experiencias de gestión pública, etc.
– Populismos: surge este tema por las experiencias, por un lado, de Italia y la alta representación del partido Cinco Estrellas -al que apoyaba Grillo- y que creó muchas expectativas que parecen haberse quedado frustradas, y por otro lado, la más reciente de Portugal, y en concreto de Oporto, con otro cariz diferente. El debate de fondo trata sobre la insatisfacción ciudadana reflejada en estos acontecimientos, que puede promover una mayor participación, pero también tiene el riesgo de manifestaciones populistas o caudillistas como se están viendo en muchos países europeos.
Otra intervención interpreta la experiencia de Grillo como anecdótica, siendo el fondo un caldo de cultivo que se ha cocinado.
– Asambleas ciudadanas (a partir de aquí, AC): se plantea el ámbito óptimo de las AC, local, regional, estatal… valorando que el local-regional es el más factible y el más operativo por acercar al ciudadano a las decisiones que le afectan en su día a día.
Otra cuestión que surge es la necesidad de contar con un marco mínimo imprescindible como pueden ser los DDHH o los principios democráticos. En este sentido se habla del carácter permanente que debería tener la asamblea para controlar a sus representantes.
Surgen las posibles dificultades sobre el tamaño de las AC para poder llegar a acuerdos por consenso o por votación: ¿cuál habría de ser ese tamaño? Se habla de que hasta 30.000 personas pueden organizarse, teniendo en cuenta que el porcentaje que realmente participa es bajo, pero ¿es entonces representativa? Otra dificultad es la del consenso, lo que podría explicarse por la falta de hábito y de práctica real de diálogo constructivo; la experiencia de las AC, requieren de la formación y preparación de una ciudadanía responsable y crítica.
Se trae a colación la experiencia de un pueblo de Madrid, Torrelodones, en el que, sin ser una AC, la ciudadanía se ha organizado políticamente y han obtenido la alcaldía en unas elecciones municipales, saneando posteriormente las finanzas municipales.
Un participante propone la realización de “experiencias piloto” que fomenten alternativas, creen sinergias, asuman contradicciones y se puedan realizar con una financiación comunitaria o a través de una ley ciudadana que libere presupuestos para promover proyectos ciudadanos.
– Otro tema de interés presentado por uno de los asistentes es el de la democracia directa, poniendo el acento en la importancia de recuperar el voto individual por el gran poder que tiene en las decisiones que nos afectan cotidianamente; así, el argumento es “la importancia de lo concreto”.
Este tema abre el debate de la “participación ciudadana más directa”; se cuentan experiencias concretas (el ejemplo reciente de la zonificación sanitaria en Logroño, las posibilidades que encierran las asociaciones de vecinos, o el ejemplo de una votación real en la que los habitantes de un pueblo parecen votar en contra de sus propios intereses: fiestas o puestos de trabajo, ganan los que prefieren las fiestas).
Aquí vuelve a plantearse por parte de otro participante la necesidad de un marco ético mínimo e infranqueable: no todo puede ser sometido a votación, como derechos básicos de las personas o del medio ambiente; se proponen los DDHH como límite.
Se habla del ejemplo de Suiza, que lo mismo vota y aprueba una dura ley de (anti)inmigración, como se propone a votación el sueldo máximo o la renta básica, muy encomiables en una sociedad solidaria.
Se presenta como deseable un decálogo de garantías de la AC (apartidista, confiable, colectiva, vinculante, responsable, diversa, autogenerativa, delegada, renovable y transparente) y sobre todo la máxima de que “siempre antes las personas que las infraestructuras”; esta máxima es puesta en contraste con la postura que defiende la democracia directa por encima de todo: lo que voten las personas es lo que se ha de hacer.
Otra opinión apunta a que estas dos posturas pueden ser reconciliadas si de verdad se cuenta con una ciudadanía “ilustrada” es decir, formada y responsable, que mire por el bien común.
Va llegando la hora del cierre del EQUOLOQUIO y se desgranan algunas ideas finales:
– La necesidad de un suelo ético, pre-político.
– El fomento de una mayor humanidad.
– La relevancia de la filosofía en la educación y de las humanidades en general. La falsa distinción entre “ciencias” y “letras”.
– La importancia de las redes y nodos locales de hacer cosas para todos.
– El empoderamiento como forma de recuperar el poder.
– La cuestión de una necesaria pero difícil financiación para poner en marcha muchas iniciativas…
Se da por finalizado el EQUOLOQUIO hasta la próxima edición en el próximo mes.